TEATRO PARA FORMAR CIUDADANOS

A dos años de la partida física de Sara Joffré, se edita su obra póstuma “Bagua: ni grande ni chica, simplemente insondable nada más”. La presentación del libro, hecha en la Asociación de Artistas Aficionados, estuvo a cargo de las actrices Ximena Arroyo y Lieve Delanoy, y del director Diego La Hoz. Aquí un resumen de esa noche y de la sucinta plática que tuvimos con Teresa Ramón, hija de Sara y artífice de esta publicación.

TEATRO PARA FORMAR CIUDADANOS

Escribe Hane Sormani

Descarnada. Sarcástica. Inteligente. Indignada. Cruda. Así consensuaron en calificar la nueva obra dramática de Sara Joffré que hoy deja de ser inédita gracias a Ornitorrinco Editores. El teatro de la Asociación de Artistas Aficionados del Centro de Lima recibió la noche del miércoles al director Diego La Hoz, a la actriz (y directora de la A.A.A.) Ximena Arroyo y a la actriz belga Lieve Delanoy quienes, en emotiva ceremonia, presentaron este texto póstumo de una de las mujeres más importantes que el teatro peruano haya tenido en su historia.

“Bagua: ni grande ni chica, simplemente insondable nada más” es su nombre. Título que rápidamente pone al lector tanto en alerta como en jaque, enfrentándolo a lo turbio de este lamentable conflicto social que representa una nueva mancha en el lomo de ese monstruo llamado corrupción/ilegalidad que tanto ha engordado en los últimos quince años. Ambigua e insondable, como bien supo calificar Sara, a pesar de la brevedad del texto que nos ofrece.

RESISTENCIA

Retrato tomado por Elena Guembe.

Diego La Hoz recordó que “Sara no tenía miedo de hablar. Un día me dijo: ‘flaco, ya no quiero escribir cosas que no me interesen’. Y eso hizo, se dedicó a escribir teatro peruano para los peruanos. Ella escribía lo que quería, como quería. No se preocupaba por el tiempo, si la obra finalmente le salía breve o si duraba una o dos horas.”

Similar evocación hizo Ximena Arroyo durante la lectura de su alocución, la cual inició disculpándose por “mezclar los afectos. Es difícil hablar de una obra de Sara sin hablar de ella, sin recordarla. Sara rompía con lo preestablecido, era la antítesis de todo lo que tuviera que ver con quedar bien. Ella dice como piensa, como cree, como vive; y ella vivió teatro. La denuncia era el aire en su teatro siempre. Lo lúdico es transversal en su obra en contraposición a la denuncia. El teatro fue su trinchera.”

Por su parte, la también actriz Lieve Delanoy, resaltó las cualidades estéticas de “Bagua…”, muy cercanas al teatro de Bertolt Brecht, del cual Sara fue profusa investigadora y difusora. Para la artista belga, se trata de una obra “escrita con dominio de las técnicas dramatúrgicas pero escrita con mucha indignación y dolor”. Una obra que representa a un país fracturado como un espejo roto pero que gracias a ella, gracias a su teatro, parte de este país es redimido: “Sara defiende a toda esta gente, sus paisanos, contra la codicia de una clase que no respeta a los demás.”

MANTENER EL LEGADO

Al final de la presentación, Omar del Águila, Andrés Cano, Beto Benites y Jamil Luzuriaga hicieron una lectura dramatizada de la obra.

Teresa Ramón es su hija y aunque no nos hubiesen confirmado el dato, basta verle el rostro y el andar para reconocer en ella a su madre. A pesar de haber mamado teatro toda su vida, esa no fue la arcilla que Teresa escogió para moldear su camino. Sin embargo, en estos dos últimos años el amor apabullante que le han demostrado los amigos de Sara, y que ella ha “heredado”, la incita a involucrarse mucho más que antes en la labor que como dramaturga Sara dejó.

“Reviso de tanto en tanto las cosas de mi mamá para recordarla”, me confiesa tras preguntarle cómo es que encontró esta pieza. Sucede que el año pasado volvió a ver el video de la entrevista que César de María le hizo durante el primer festival Sala de Parto. Es aquí que menciona la obra. “No solo habla sobre ella –explica Teresa- sino que mi mamá creía que iba a ser difícil encontrar a alguien que se atreva a montarla porque implica otra clase de compromiso hablar de estos temas tanto para actores como para productores. Por eso sentí que algo había que hacer con esta obra, que no era coincidencia ahora que muchas cosas están pasando al respecto. No solo en el Perú los nativos luchando por sus tierras, en todas partes del mundo como es el caso de [la reserva] Standing Rock en Estados Unidos.”

Así, “Bagua…” quedó rodando en el imaginario de Teresa a pesar que ya tenía latente la posibilidad de empezar a publicar su obra inédita. Fue un consejo de Ximena Arroyo la que la impulsó: “ella me dijo que a veces la gente se olvida, entonces mejor que hacer homenajes es publicar su obra o ponerla en escena.”

Portada del libro.

Y apareció sumergida en un correo electrónico que Sara envió a España, a un concurso de dramaturgia. Este envío le dio a Teresa la seguridad de que se encontraba frente a un texto concluso pues, como bien dice, “mi mamá no iba a concursar algo que no estuviese listo”. En este punto la heredera reconoce el apoyo desinteresado que recibió de Virginia Vílchez, directora de la web Libros Peruanos (quien ya había trabajado con Sara otras publicaciones), en el trabajo de edición. A ello se suman los colofones que escriben en filósofo Gustavo Flores Quelopana y el investigador teatral Carlos Vargas Salgado.

El plan de Teresa es publicar una obra al año hasta agotar el material inédito que encuentre. Nos cuenta que hay monólogos y una obra sobre mujeres que, probablemente, sea la próxima en aparecer. Como recuerda Vargas Salgado: “había una especie de broma que se contaba entre la gente de teatro, cuando se afirmaba que en el Perú no teníamos un Instituto Nacional de Teatro que promueva las nuevas generaciones de teatristas, pero que en su lugar teníamos a Sara Joffré”. Te seguimos teniendo, Sara; sigues siendo presente.