LIMA BRUJA Y CHARLATANA
Escribe Hane Sormani
“Si matara el qué dirán sería Lima un cementerio”, dice una de las líneas de Gisela Ponce de León, hoy encarnada en Miquita, joven y risueña viuda que discute con su madre (Sofía Rocha) las habladurías que despertará en el vecindario el que ella ande en amores con un mequetrefe como don Pablo (Christian Ysla), a la vez que mancille el luto que le corresponde llevar saliendo a festejar el primer centenario de la Independencia del Perú.
Esta es, grosso modo, la síntesis de “Las tres viudas”, una de las últimas obras que escribió el costumbrista Manuel Ascencio Segura, estrenada en 1862 con la anuencia y colaboración de Ricardo Palma. Escrita en 1841, verán que la obra originalmente no estaba situada durante las celebraciones de la independencia patria: esta modificación fue uno de los primeros aportes de la versión de Carlos Galiano al asumir las riendas del proyecto encomendado por Chela de Ferrari y que fue repuesto adrede en el aniversario de Lima. “Esta versión no deja de ser una insolencia mía pero he tenido tanto cuidado y respeto como si hubiese trabajado con un texto de Shakespeare”, nos revela con una sonrisa ladeada, cogiéndose el codo del brazo izquierdo con la mano derecha, casi como si se disculpase.
Recuerda Galiano que la directora artística del teatro La Plaza le dijo que “sería interesante que un director joven dirigiera un clásico peruano”. Él presentó algunas opciones pero ninguna convencía. Así fue que empezó a leer textos dramáticos de todos los periodos, desde el inicio de la República hasta mediados de la década del 50. “Ya había leído obras de Segura pero no ésta –aclara el también actor-. Uno tiene la tendencia a pensar que estos textos son obsoletos, que han sido de una época muy distinta. Muy prontamente percibí que había algo importante que desarrollar ahí: era como el espejo de nosotros, esos personajes algo artificiales, casi arquetípicos, casi costumbristas (que es el estilo en el que escribía Segura) nos revelaba una fina estampa de cómo somos nosotros hasta el día de hoy. Eso fue lo primero que me impactó.”
CONTRASTES
Potenciar las antítesis sociales y políticas es otra de las virtudes que posee esta versión, brindándole así mucha mayor fuerza a los contenidos. Si bien hoy estamos a cuatro años de celebrar el bicentenario de la Independencia, Galiano genera un paralelo más que simbólico entre la ilusoria independencia de las mujeres protagonistas (todas viudas) de inicios del siglo XX y la artificial emancipación de nuestro país. “¿De qué no hemos independizado?”, se pregunta el director. “Del sistema colonial español, pero seguimos fuertemente dependientes de una serie de taras que nos imposibilitan ser una nación. Ahí fue que brotó el germen de la adaptación pues me dije que tenía que mover los acontecimientos, que ocurren en un día cualquiera de 1841, para que pasen al 28 de julio de 1921. Quería que afuera de la casa* se esté dando una celebración mientras que adentro se esté dando una pugna por ser independientes.” Hecho que no escapa de la realidad pues según registran los datos históricos, el centenario, ocurrido durante el Oncenio de Leguía, se celebró a lo grande, vendiéndose la idea de una “nueva patria”. Un año antes, como bien agrega Galiano, salió la novena versión de la Constitución Política del Perú en la que se respetan por primera vez los derechos de los indígenas. “El momento era interesante pero era una falsa promesa”, sentencia.
No es menos potente lo graficado con el personaje de Juana, una criada criolla interpretada por Stephanie Orúe que, digamos, no existe en el texto original. En la obra de Segura, Juana “es una mujer mayor que no tiene voluntad, no tiene objetivo, casi no es personaje”, explica Galiano. Lo mismo con el representado por Pierr Padilla: “en el original no se llama Antonio y es, sencillamente, un señor que llega a dejar una carta. Lo que hice es que ella sea una chica de la sierra de la misma edad de la damita de la casa para establecer un paralelo entre las dos y ver quién es más libre a pesar de las jerarquías sociales, e hice que ese otro criado fuese negro y que la cortejara”. Así, el director nuevamente acierta visibilizando los contrastes que permiten reflexionar sobre la construcción de identidad y sobre cómo la discriminación afecta en ese intento hoy tanto como hace 176 años.
DRAMATURGIA LÍRICA
El ingreso de los dos personajes antes mencionados, obligó a Galiano a escribir nuevas escenas e incluir referencias al centenario en las ya existentes, así como sustituir algunos términos que eran ya muy desfasados para el público. “Traté de comenzar una adaptación y terminó siendo una versión ya que he hecho un trabajo de dramaturgia considerable”, puntualiza. Fue el crítico y ensayista Marcel Velázquez, profesor suyo de Historia Peruana del Siglo XIX, su asesor en términos históricos culturales y literarios, “él, por ejemplo, me ayudó a encontrar la jerga que correspondía a 1921”.
Este universo de subalternidad donde el orden es claramente regido por los hombres, se camufla entre coplas criollas a ritmo de guitarra y cajón, tocadas en vivo por el músico José Roberto Terry, descendiente de una importante familia entregada a cultivar el criollismo. Y a pesar de tratarse originalmente de una comedia, Segura no pensó en música para su texto. Este es otro aporte de Galiano para enfatizar el flanco hilarante de los personajes que el texto en sí mismo no reflejaba diáfanamente. “Los años 20 son el momento en el que vals aparece sólido como un vehículo de expresión popular. Así que no fue tan difícil encontrar valses que hablaran de lo que estaba pasando”, señala.
De esta manera, la impecable versión de Galiano no ha hecho más que resaltar la destreza de Segura, quien en sus artículos costumbristas describía desde intrigas políticas hasta matrimonios arreglados. Fue un meticuloso observador de su tiempo. Por ello es hasta penoso constatar que aquellos arquetipos de los que hacía mofa en sus obras, en un afán altruista por derrocarlos, sigan casi intactos.
Así las cosas, uno podría preguntarse para qué sirve el teatro si las denuncias sociales hechas hace 200 años siguen vigentes. “Los seres humanos somos complejos, somos un tejido de taras y anhelos”, arguye el director. “Es triste constatarlo pero estoy absolutamente seguro que muchos de los espectadores al haber reído y al haberse puesto a contemplar estos momentos, empiezan por lo menos a entender que esas cosas que nos constituyen como seres fallidos son producto de un pasado común para preguntarnos por qué somos así. La hipótesis que esboza la obra es que nuestro nacimientos como sociedad fue en el núcleo de un abismo, esta irrupción de españoles en suelo andino fue una colisión terrible que generó una fractura que nos va a seguir pasando factura. Hemos nacido de la discriminación. Si empezamos a entender que esta herencia pude cambiarse, nos acercamos a la posibilidad de ser mejores. Sí creo que el teatro es importante porque nos ofrece la posibilidad de contemplarnos, observarnos más de cerca y, ojalá, entendernos un poco más.”
(*)La casa, aunque no nos alcance el espacio para detallarlo, es un personaje más que no debiera pasar desapercibido.
FICHA TÉCNICA | |
Dirección | Carlos Galiano |
Autor | Manuel Ascencio Segura |
Elenco | Gisela Ponce de León, Jimena Lindo, Sofía Rocha, Christian Ysla, Carlos Tuccio (Personalidad Meritoria de la Cultura), Pierr Padilla, Stephanie Orúe, José Roberto Terry (músico) |
Temporada | De jueves a lunes.
Del 18/01 al 13/03 |
Hora | A las 20:30, domingos a las 19:00 |
Lugar | Teatro Pirandello: Av. Alejandro Tirado 274, Santa Beatriz – Lima |
Pingback : EPISODIO 2 – JIMENA LINDO - ¡Mucha Mierda! - Recomendador de teatro y cine peruano, teatro y cine peruano, teatro peruano, cine peruano, análisis teatral, cinematográfica peruana.
Pingback : CIENCIA SIN ROMANTICISMO - ¡Mucha Mierda! - Recomendador de teatro y cine peruano, teatro y cine peruano, teatro peruano, cine peruano, análisis teatral, cinematográfica peruana.
Pingback : POBRE ¿PERO HONRADO? - ¡Mucha Mierda! - Recomendador de teatro y cine peruano, teatro y cine peruano, teatro peruano, cine peruano, análisis teatral, cinematográfica peruana.