FUTURO INCIERTO
Escribe Gabriela Javier Caballero
Estrenada en agosto de 2019 en el Club de Teatro de Lima y producida por el colectivo escénico Las Crías, “Una breve historia sobre cómo llegamos hasta aquí”, dirigida por Telmo Arévalo, cuenta con las actuaciones de Roxana Rodríguez (Aída) y Carla Valdivia (Raquel), trío creativo de la propuesta.
Inmersas en un universo distópico en el que está prohibido recordar, Aída y Raquel emprenden un viaje con rumbo incierto en el que comparten y estrechan vínculos de amistad. Ambas buscan huir de su presente e ir al encuentro que las ancla a sus mejores momentos. Podríamos afirmar que esta puesta en escena se enmarca dentro de lo que se denomina una ficción distópica, en la que, a partir de la exploración del individuo, el espectador se va dando cuenta de la situación de la sociedad en la que ambos personajes viven. En el universo alrededor de Raquel y Aída hace frío y la comida escasea e, incluso, quizá, sus seres queridos, así como sus mejores recuerdos, han desaparecido.
LA DISTOPÍA EN ESCENA

Telmo Arévalo, director de la obra.
De este universo fracturado tenemos solo indicios. Ambas mujeres están vestidas de blanco, con enterizos al estilo de laboratorio o de aislamiento y usan botas. Este vestuario genera un aspecto aséptico, limpio y de aislamiento de un “afuera” que parece estar contaminado. Desde nuestra perspectiva, esta figura del “adentro” vs. “afuera” resulta uno de los aspectos más elocuentes de la obra, ya que busca y logra expresar el aislamiento personal —como individuos— de ambas mujeres respecto de lo externo. Este alejamiento no es voluntario, sino condicionado por la dinámica de la distopía. El cuerpo real, físico, que está cubierto por los trajes, es “bello” y es también un espacio a cuidar. A nivel espacial, la puesta en escena se desarrolla en un precario vagón de tren. Esto contrasta con el aspecto aséptico del vestuario e incide en la pobreza material del contexto. En este espacio, prima la oscuridad. Serán ellas, o los controladores, las principales fuentes de luz.
Aquello que “guardan dentro” las ilumina: sus historias y sus recuerdos. Escénicamente, el uso de linternas resulte pertinente para acompañar los relatos de lo que ambas van relatándole la una a la otra. Estas historias personales están basadas en recuerdos, los cuales, en la sociedad que plantea “Una pequeña historia sobre cómo llegamos hasta aquí”, están prohibidos y son arrebatados por otro autoritario y controlador. En ese sentido, la metáfora resulta simple, pero efectiva: se trata de un “afuera” opresor y de un “adentro” que hay que resguardar de ese otro.
CONFRONTACIÓN Y RESISTENCIA

Carla Valdivia y Roxana Rodríguez, actrices y creadores de este proyecto colectivo.
Siguiendo una de las líneas que articularon la selección de propuesta nacionales locales, en este montaje tenemos a dos mujeres que se ven obligadas a moverse y a alejarse de su espacio. Existe una intuición del desarraigo en Raquel y Aída, quienes han tenido que cambiar su modo de ver el mundo e ir hacia un destino que no necesariamente es seguro.
Si bien en un inicio prima lo racional en ellas (la negociación, la desconfianza) después, a medida en que sus lazos de amistad se estrechan, ambas comparten un nexo afectivo basado en la compañía y la solidaridad. Este tránsito en la afectividad entre ellas es traducido escénicamente con el paso de movimientos maquinales, casi autómatas, a movimientos en base al juego y a dinámicas coreográficas que tratan de contar, también, la historia. Aunque estas podrían aportar mayor elocuencia y evitar ralentizar la puesta en escena, entendemos que buscan ser coherentes con la dinámica del juego que se establece entre ellas y que las ayuda a sobrellevar la situación crítica en la que se encuentran: solas, controladas y sin expectativas certeras.
Pese a que la sociedad en la que se encuentran es en extremo negativa, ellas, en su intento de huida no solo la confrontan, sino que realizan un ejercicio de resistencia. ¿Será acaso que esta distopía se aleja completamente de nuestra realidad?, ¿el universo distópico de “Una breve historia sobre cómo llegamos hasta aquí” invade riesgosamente nuestra realidad? Lo interesante de estos cuestionamientos que surgen después de ver la obra es que nos permiten pensar en el estado de nuestra sociedad. Como mujeres, en un medio amenazante y que nos obliga a estar alertas todo el tiempo, estos relatos posibilitan la puesta en cuestión y la visibilización de aquello a lo que no queremos llegar: a una sociedad en la que lo interior, lo que nos hace individuos, deba ser suprimido. Se hace necesario, como Raquel y Aída, bregar para existir.