SHAKESPEARE SHIPIBO

Escribe: Hane Sormani

La selva –nuestra selva peruana- y sus problemas ambientales acogen sin desatino “Sueño de una noche de verano”, clásica comedia romántica de William Shakespeare, epítome de las letras inglesas. Y es la Asociación Cultural La Zíngara quienes toman las riendas de este ambicioso proyecto, una combinación de disciplinas artísticas: teatro y danza. Con 17 artistas en escena, este ya parece haberse convertido en el sello del grupo, quienes el año pasado sorprendieron con la exitosa temporada de “Fausto”, su primer montaje.

Vera Castaño, actriz y directora de esta obra, realizó una adaptación libre de la historia de Lisandro y Hermia, dos jóvenes amantes que se ven obligados a huir tras ver coaccionado su amor por las reglas de sus padres. Preguntada sobre la necesidad de montar clásicos teatrales en esta época, la novel directora nos dijo que “es una obra que quería hacer hace muchos años. Me interesaba traerla más a nosotros, más a nuestra época. Que no  refleje a duendes lejanos de una Inglaterra lejana porque no corresponden a nuestros mitos. A pesar que la selva siga siendo ajena a nosotros siempre será más cercano a esos bosques ingleses. Además me permito hablar de otras problemáticas que la afectan en la actualidad y que nos harán cuestionarnos como peruanos en pleno siglo XXI.”

De esta forma el grupo se plantea llevar estas historias a gente más joven. Así, bajo una estética visual harto bien lograda, una dirección de arte coherentemente alcanzada a pesar de la sutil combinación de estilos y épocas (las décadas del 40 y 50 visten al mundo terrenal), música original producida especialmente para esta puesta (a cargo de Rodrigo Sarmiento y Esteban Varela), el verbo en verso original del texto no se convierte en un elemento pesado ni rígido sino que le aporta cierta romanticismo entre tanta frescura. “En el colegio o la universidad los clásicos se leen por obligación. De esta manera lo que hacemos es traerlos a nuestra contemporaneidad y facilitar el acercamiento a estas obras a más público”, explica Vera, quien también nos asegura que a pesar de lo que parece, estos temas no serán un eje cerrado para los próximos montajes de La Zíngara.

Para ella, si Shakespeare ha pasado a la historia y mantiene su vigencia tras cuatrocientos años es gracias a su capacidad para mostrar lo complejo que es el ser humano internamente, para mostrar sus ambivalencias y sus luchas morales. Y esta obra en particular la cautivó por la búsqueda de los personajes a pesar de lo establecido. Para ella los amores prohibidos aún existen. Pero esta obra también nos habla del poder de decisión de los afectos, la libertad de elección y la incapacidad del hombre por entender y unirse a la naturaleza. “Existe una difícil relación entre ambos mundos. El hombre cree que siempre tiene a la naturaleza a su servicio y no es capaz de ver su magia, de contagiarse de su lúdica. Eso es lo que yo tomé”, concluye Vera.