RELATOS COTIDIANOS DESDE EL HUMOR

El escenario es un bar y entre mozos, piqueos y tragos, doce jóvenes actores (doce amigos) se juntan para crear cuatro historias divertidas pero no por ello menos serias en contenido. El devenir de los acontecimientos los decide el público. No es improvisación. Es la tercera temporada de “Crónicas en un bar”.

RELATOS COTIDIANOS DESDE EL HUMOR

Escribe Hane Sormani

Uno. Un músico nacional desahuciado de la fama y los escenarios es vilipendiado en televisión de señal abierta por una famosa conductora del mediodía. Los trapos sucios empiezan a ventilarse, las ofensas se vuelven personales y pasados secretos se revelan mientras el rating crece. Dos. Lucía está enamorada de Martín, un catecista mozalbete incapaz de comprender las notorias insinuaciones de la joven. Nervioso, fluctúa entre su fe religiosa y sus emociones adolescentes. Tres. Un periodista urgido por destacar en el medio para el que trabaja recibe la ayuda de su pareja, quien por vez primera le revelará su auténtica identidad, confesándole una extravagante hipótesis sobre el accidente aéreo que acabó con las Torres Gemelas. Cuatro. Sofía, algo entrometida, descubrió un comprometedor mensaje en el correo electrónico de su hermano. De la dicotomía de tener que confesarle que leyó lo que no debía y prepararlo para la mala noticia, nace este fresco musical con coreografías a lo Liza Minnelli en “Cabaret”.

La agrupación de estas cuatro historias componen “Crónicas en un bar”. Bueno, esta fue la combinación que nos tocó ver hoy pues, junto con la entrada, nos fue entregada una cartilla para marcar tres opciones de inicio, desarrollo y final para cada obra. Por ejemplo, en “Correspondencia”, la cuarta historia, decidiremos si Sofía y Tomás pueden ser roommates en vez de hermanos así como el tenor del nefasto mail que él recibe. Lo que es invariable es su muy bien trabajado formato de musical. Así que dependiendo de las opciones que el público escoja, cada obra puede representarse de 27 maneras distintas. Cruce los dedos para que sus alternativas sean las escogidas.

ALZAN LA VOZ

Divertidísima y minuciosa construcción de los personajes interpretados por Gabriela Navarro y Stefano Tosso.

A pesar del formato y la constate presencia del humor, el contenido de las obras no es tan fútil como podría parecer. “Al armar el proyecto, una de las principales reglas era que las obras no sean vacías. En todas se está denunciando algo, todas tienen un mensaje, un reclamo. Al inicio parece que se tratase de situaciones tontas pero el público se sorprende muchísimo con los giros que toma cada historia”, explica Roberto Prieto, actor, director de una de las crónicas y cabeza de esta idea escénica, la cual formuló a inicios de 2016 junto con el también actor Jesús Neyra, quien ahora reside en España.

“Lo que queremos –continúa Prieto- es rescatar el valor del teatro como un medio de esparcimiento. Hacer comedia no implica que una obra no tenga contenido. Lo que nos mueve es compartir. En el elenco tenemos cantantes; bailarines, como Nicolás Vilallonga, salido de la Escuela Nacional de Ballet e hijo de Gina Natteri, que es el ballet hecho mujer; improvisadores como Pedro Pablo Corpancho, fundador de Imprología; Mario Gaviria que es sound painter; o Cristián Covarrubias, ganador de una Gaviota de Plata en Viña del Mar el año pasado. Acá combinamos todo lo que sabemos para mostrarlo.”

En efecto, los doce colegas –entre actores y directores- que aquí se han juntado, conforman parte de lo que podríamos llamar como “nueva generación” del teatro limeño. Egresados del Teatro de la Universidad Católica (TUC), de los talleres de Roberto Ángeles, Alberto Ísola, Plan 9 y Preludio, decidieron tomar el mando de sus profesiones y hacer el teatro que querían para hablar de los temas que los movilizan a sus veintipocos años: desde parodiar los excesos de la televisión peruana hasta hablar sobre el amor y la confianza. Tal vez sea momento de dejar de catalogar peyorativamente al teatro comercial o de tomar como infalibles las propuestas independientes por su naturaleza de riesgo. Mejor aún, dejemos de buscar etiquetas a lo que vemos en escena. Escoja su butaca y disfrute.

BRINDAR Y PENSAR

Vera Pérez-Luna y Gabriel González en un código suelto y exagerado que no le habíamos registrado antes, demostrando nuevamente su versatilidad.

El germen creativo de “Crónicas en un bar” apareció tras entender que, se sea o no una persona de teatro, siempre quisiéremos cambiar el rumbo de la historia, de lo que vemos porque sabemos que es una ficción. Aquí nos permiten ser un tanto “omnipotentes”, como bien describe Roberto. “Hacemos lo que el público quiere ver aunque hay opciones que nos gustan más que otras, no lo niego. Es sumamente gratificante porque hay una retroalimentación constante con ellos, reaccionan desde el inicio, desde que descubren si las opciones ganadoras eran las suyas o no.”

Como mencionamos al inicio, no se trata de improvisación puesto que las 27 opciones están previamente ensayadas. Lo que sí implica es una urgencia para los actores pues minutos antes de entrar a escena descubrirán cómo ha de desenvolverse la historia a representar. Sin embargo, están abiertos al juego y a las variaciones que surjan a partir de la intervención del público y de la dinámica del bar.

“La idea es venir a tomarte una chela y ser estimulado por el teatro. Nos hemos inclinado por hacer un teatro de revista que no es menos serio, que no es menos profesional pero es más light. El teatro alternativo no tiene por qué ser siempre performático, todos calatos, con sangre de chancho encima y en una garaje. No. Se trata de espacios alternativos, como este bar que nunca funciona como teatro, a precios accesibles e historias divertidas. La gente suele creer que cuando una obra pierde seriedad ya no tiene algo que decir o que contar”, sentencia Prieto. Venga, ría y converse sobre lo que ve entre cada brindis. ¿Por qué no?

Datos
Dirección Pedro Pablo Corpancho, Mario Gaviria, Joaquina Maldonado, Roberto Prieto
Dramaturgia Colectiva
Elenco Aló, Angélique: Gabriela Navarro, Stefano Tosso

Confía en mí: Gabriel González, Vera Pérez-Luna
Muero por ti: Lía Camilo, Cristián Covarrubias
Correspondencia: Alicia Mercado, Nicolás Vilallonga

Temporada Martes y miércoles, del 24 de enero al 1 de marzo
Hora 20:00
Lugar Victoria Bar: Pedro de Osma 135, sótano – Barranco