DIVERSIÓN TERRORÍFICA
Escribe Hane Sormani
Han pasado 25 años desde que Carrie y Sue se vieron por última vez en esa fatídica noche de promoción. Poseída por la ira y otros demonios telequinésicos, Carrie abandonó la fiesta con su blanco vestido manchado de sangre, resultado de una insensible broma. Hoy que se reencuentra con los pocos compañeros que sobrevivieron a su furia devenida en humillación, poco queda de la adolescente introvertida e inocente. Su llegada y transformación sorprende a todos en el salón de baile, principalmente a Sue, la niña popular, que a pesar de los tres hijos, sigue igual de perfecta y radiante. Pero su reacción nos advierte que Carrie no es esperada en la celebración. En épocas de Facebook y súper conexión, ¿habrá sido un descuido por omisión o una decisión deliberada?
Así podría resumirse la divertida comedia “Carrie no asistirá”, escrita por el español Nacho López y que juega entre las referencias de la novela homónima de Stephen King y la aclamada película de 1976 dirigida por Brian de Palma, protagonizada por Sissy Spacek. Vale decir que fue el mismo dramaturgo quien se contactó con Jesús Oro para proponerle dirigir su texto, en un afán por hacer más conocido su trabajo en nuestra ciudad. El enganche fue inmediato pues resulta que el joven director es un fanático del cine de terror. “Todas las referencias que fui encontrando en la obra hicieron que deseara jugarlo inmediatamente, tenía que ser yo quien la dirija”, nos dice sin ocultar su entusiasmo.
Como mencionamos al inicio, Oro posee una sustanciosa experiencia como director en este sucinto formato teatral: en lo que va del año suma cinco obras y está por estrenar otras dos. El completo de su práctica está dedicado a la comedia así que domina bien las peculiaridades de esta categoría y que claramente puede apreciarse en el resultado final.
“Hasta ahora no he dirigido nada dramático. No ha sido pensado, es solo que los textos han llegado a mí y los he recibido. Me siento en mi ambiente cuando se trata de comedia –recalca-. También siento que es un formato más digerible para el público ver una obra divertida de 15 minutos que un drama denso. Claro está que ningún género es mejor que otro ni se desmerecen para nada. He visto dramas preciosos en Microteatro y proyectos experimentales, como danza teatro, que son increíbles. Pero pienso también que el target que viene es gente que sale de trabajar y quiere pasar un buen rato y están tratando de reírse todo el tiempo.”
SIN PERDER EL SUSPENSO
Cuenta que siempre pensó en Tati Alcántara para interpretar a Sue. Hallar a Carrie fue más complicado. No es que no haya considerado a Katerina D’Onofrio como primera opción sino que pensó sería –en sus propias palabras- inalcanzable. “A ella le encantó el texto. Siempre he creído que la obra llama a su propio elenco y esta vez no fue la excepción”, recuerda Jesús. “A pesar de la inmensa trayectoria que ambas tienen, la dos estuvieron muy dispuestas a jugar. Ninguna quiso volver a ver la película para tomar referentes directos sino explorar desde lo que el texto proponía. Quisimos que la obra se entendiera sin la necesidad de que el público haya visto la película, que los personajes se entiendan sin los referentes. Obvio, se entiende mucho mejor si se conocen pero eso es algo que nosotros no podemos controlar.”
Otro acierto que posee el montaje es la cuidada escenografía en un área tan reducido (como pocas veces hemos visto en otras obras de este espacio), transportándonos a un recinto de baile, con mesas vestidas, cotillón, tragos de colores, bocaditos, una gran torta, brillante decoración y hasta el letrero escarchado que anuncia el reencuentro de la promoción 92. El vestuario de las actrices es también cuidado. El código de actuación limita con la exageración sin cruzar nunca la línea de lo farsesco, así que el espectro de juego de ambas es bastante amplio. Así, Tati sabe ser demencialmente falsa y alegra, sosteniendo su personaje en el alardeo de su “perfecta” vida. Y lo hace con mucha verdad (aunque suene irónico), matizando, sin agotar el recurso de la amiga fingida, para finalmente mostrarnos la curva de su personaje: envidia a Carrie. Katerina también construye su antagónica desde el arquetipo, logrando un interesante equilibrio en escena. Sin embargo, para quienes seguimos su carrera, vislumbramos ciertas formas recurrentes en el empleo de la ironía y la apatía, que nos recuerdan a otros personajes suyos como el de “Las malas intenciones”, “El sistema solar” o “Infortunio”. Aunque su manejo del humor sí nos sorprendió gratamente. Diríamos que en esos momentos la sentimos divertirse, jugar sin juzgarse, saliendo de los espacios que sabe seguros, siendo imposible no reírse con lo que proponía.
Explica Jesús que el final de la obra es una creación de ellas dos, resultado del largo trabajo de mesa que tuvieron. “Soy de los directores que no tiene una forma estructurada de empezar un proceso. Trato de fluir con mis actores a partir de lo que plantean en los ensayos. Como la obra es muy picadita y rápida, quería tener las unidades claras para encontrarle más capas a la historia, momentos de quiebre y que no sea todo una discusión de dos chicas sentadas.”
Obra | Carrie no asistirá |
Dramaturgia | Nacho López |
Dirección | Jesús Oro |
Elenco | Tati Alcántara, Katerina D’Onofrio |
Producción | Germán Díaz |
Asistencia de dirección y producción | Alejandra Reyes |
Temporada | Del 18/08 al 16/09, 2017 |
Lugar | Batallón Ayacucho 271, Barranco |
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