LA INTEGRACIÓN DE LAS ARTES ESCÉNICAS

Este título es el que le da nombre a las siglas LIAE, un colectivo de cuatro chicas (próximo a ser asociación cultural) que se ha puesto como meta harto ambiciosa convertirse en el bastión de apoyo del teatro independiente en el país.

LA INTEGRACIÓN DE LAS ARTES ESCÉNICAS

Este título es el que le da nombre a las siglas LIAE, un colectivo de cuatro chicas (próximo a ser asociación cultural) que se ha puesto como meta harto ambiciosa convertirse en el bastión de apoyo del teatro independiente en el país. Saben que dramaturgos, actores y directores jóvenes hay cada vez más pero que espacios y productoras para mostrar su trabajo, menos. No son propiamente unas mecenas pero han encontrado la fórmula para que la producción alternativa teatral siga gestándose. Planean estrenar seis obras al año. Aquí les presentamos las primeras tres.

Escribe: La Shaparrita

En su famoso decálogo, el director polaco Jerzy Grotowski planteaba que el arte no era un estado ni del alma ni del hombre, sino un estado de madurez y evolución que nos permite “salir de la oscuridad”. Y así lo entienden también Rocío Limo, Malena Newton, Jussara Sifuentes y Lucía Balcázar mentoras del LIAE, un espacio de encuentro, investigación y diálogo de nuestra realidad a través de las artes escénicas. Y digamos que no es una coincidencia gratuita que el apogeo de su trabajo se de en el año en que nuestra capital fue nombrada Plaza Mayor de la cultura Iberomaericana.

Quebrando toda regla, estas chicas han decidido resolver el vacío que existe en todo el país respecto al teatro independiente llevando a escena obras que ellas mismas producen. Dejando de lado el “clásico” financiamiento a través de fiestas profondos, desde la legalidad se proponen tocar puertas a la empresa privada hasta vender rifas de abono por un año gratis en el teatro La Plaza. Próximas a viajar como colectivo a Ecuador a un taller que dictará a fines de mes el grupo Malayerba (y así generar nuevas redes artísticas descentralizadas), estas chicas tienen claro que uno de los pilares principales del círculo teatral es el público, para quien realmente trabajan. Y es que como dijo Grotowski, para que el trabajo del actor sea completo y relevante debe estar basado en un encuentro, casi un enfrentamiento real con el espectador incluso a pesar de él.

Todo proyecto nace de una carencia, ¿cuál es la suya?
Rocío: Formamos parte del teatro independiente, todas tenemos formación en actuación, entonces sabemos bien que siempre van a haber problemas de apoyo. Nos dijimos ¡basta!, hagamos nosotras un espacio y apoyemos nosotras mismas los nuevos proyectos de gente que esté involucrada en las artes escénicas y que quiere trabajar y que los vean, de generar público que es uno de los grandes problemas del teatro independiente, que no hay público.

En todo caso hay público que se mueve dentro del circuito de grandes teatros pero que no conoce el circuito off.
Rocío: ¡Claro! O hay un público muy específico para obras muy específicas, incluso dentro de la movida del teatro independiente.

Y termina convirtiéndose en teatro para teatreros.
Rocío: Sí pues. Por eso dijimos busquemos nuestro público, vayamos a por él.
Malena: Y queremos cambiar esa connotación negativa de que el teatro alternativo es amateur o de baja calidad.
Rocío: Queremos demostrar que el “no hay plata” no es un pretexto para no hacer una obra de calidad, hay otras formas de hacer cosas bellas y no requieren de una gran producción.
Malena: Y que el público se sienta bien tratado. Enseñarles que es otro formato pero enseñarles también que lo que van a ver es de un excelente nivel, que sienta que ven una obra digna en cualquier sentido.
Jussara: Creo que lo que le falta al teatro independiente es ver al teatro como producto y como empresa a la vez, que es por lo que nosotras estamos apostando. Y es por eso que después de nuestra primera obra montada como LIAE se nos ha acercado gente presentándonos sus proyectos para trabajar con nosotras. Han visto que hemos pensado en todo: desde las fotos promocionales, que nuestro FB al poco tiempo tenía más de tres mil seguidores, el cuidado en la estética, la búsqueda del teatro… en fin. Fue un aprendizaje mutuo.
Rocío: Sigue siéndolo. Eso es lo bueno.

Con el teatro uno nunca deja de aprender, ergo de enseñar…
Rocío: Es que es un momento del país bien interesante donde están saliendo un montón de actores, hay dramaturgos (antes nadie escribía), directores, gente encausada pero que no encuentra a nadie que les diga “¡vamos a hacerlo!”
Jussara: Queremos ser ese grupo de apoyo y de trabajo y de alguna forma enseñar a los estudiantes de actuación que van a tener chamba luego, que no tiene que esperar que los llamen de grandes teatros o que hagan cositas como eventos que ni siquiera les gusta porque creen que no va a haber espacio.
Rocío: Porque el teatro es también ver todas estas cosas que no son tan divertidas. Ordenemos lo que haya que ordenar, sumar, restar, tocar puertas y hay que hacerlo porque nadie más lo va a hacer porque no somos industria.
Malena: No te enseñan producción en la universidad. Uno mismo tiene que ir aprendiéndolo en el camino porque sino las obras no avanzan.
Jussara: Por ejemplo nosotras no nos repartimos los cargos porque necesitamos verlo todo en esta primera etapa. Sí delegamos las tareas pero todas hacemos todo.

¿Qué toma en cuenta el LIAE al seleccionar una obra?
Rocío: Primero el texto. Preferimos sean de gente joven y de dramaturgia nacional. Y es que se está generando corriente de escritura diferente.
Malena: Cuidamos mucho la estética. Conversamos con el director –que a veces es también el dramaturgo- para entender qué quiere mostrar y si su propuesta conversa con lo que nosotras queremos para LIAE. Queremos tomar esos valores de la nueva escritura porque la identidad de la obra y de nuestro teatro surge del texto, de la dramaturgia. Si no hay eso, no hay teatro peruano.
Rocío: Y no todas las obras de teatro peruano tienen que hablar de violencia política (que, por supuesto, es importante) pero hay textos de jóvenes que están tratando de entender éste pasado con su realidad, que es distinta. Están naciendo propuestas interesantísimas.
Malena: Y es difícil para un joven trabajar también dentro del circuito conocido o de obras clásicas porque los personajes son mayores. En cambio esta generación está escribiendo para su generación.

Me gusta que no sea una exigencia (como pareciese que sucede en El Teatro de Lucía), el que alguna de ustedes tenga que estar como actriz en las obras que el LIAE produce.
Malena: No, para nada. Yo actué en la primera, que además fue escrita por Rocío, porque era un proyecto que ya tenía tiempo y porque como nadie nos conocía pues iniciamos con algo nuestro y de gente amiga. Gracias a esto la gente se nos ha acercado presentándonos proyectos nuevos. Pero en las tres obras que vienen bajo el sello LIAE no estamos actuando.
Rocío: Entre otras razones porque queremos empaparnos de nuevas visiones, nuevas formas, otras estéticas. Por ejemplo, “Desierto”, una de las obras que estamos trabajando para esta mitad del año, es teatro poético que es algo que casi no tiene espacio aquí.

Entre otras razones porque se puede confundir con lo performático.
Rocío: ¡Exacto! Pero estoy absolutamente segura que hay público al que nadie está mirando. Por ejemplo, estudiantes de literatura, ¿por qué no pueden ver teatro poético? Hay que saber enfocar la obra al público. No tienen que ir todos a verla, y si van en buena hora.

Más como una consecuencia…
Rocío: Claro, de nuestro trabajo, de la promoción. Pero enseñar que hay otras formas de ver teatro. Es que la poesía no entra por la cabeza sino por distintos espacio. Mientras que “Las crías tienen hambre”, primera obra que estrenamos este año, es completamente lo contrario. Tienen un texto absolutamente directo. Es fría, cruda. De esas que te lo dicen todo y tienes que agarrarte y soportar como puedas. Y a lo que tampoco estamos tan acostumbrados. Tenemos los dos extremos.

Cuando hablamos de teatro independiente, ¿de qué queremos ser independientes?
Malena: De la censura. Libertad para decir.
Rocío: Sí. Enfrentarnos a mentes parametradas. No solo a nivel de ideas sino también de quién actúa, cómo se llama el director, qué teatro es… los nombres. Y está bien que eso exista porque es gente que se ha construido a lo largo de los años gracias a su chamba, que en muchos casos es muy buena, pero que ahorita acaparan el medio.

Apunta en tu agenda
Las crías tienen hambre -Ópera prima escrita y dirigida por Jano Clavier

-Del 7 al 30 de marzo

-Viernes, sábado y domingo. 20:00 hrs.

-Teatro Mocha Graña

-Elenco: Nani Pease, Tirso Causillas y Piero Negrón

Desierto -Escrita y dirigida por Juan Pablo Bustamante

-Del 21 de marzo al 12 de abril

-Viernes y sábados. 20:00 hrs.

-El Galpón Espacio

-Elenco: Elenco: Jimena Ballén Tallada, Masha Chavarri, Paola Vera Infante, Andrea Meza Medel, Luz María Carmen del Águila, Mariajose Vega Bamonde, Maricarmen Sabogal y Paola Jara

Eclipsadas -De Patricia Burke Brogan

-Dirigida por Manuel Trujillo

-Del 24 de abril al 11 de mayo

-De jueves a sábado. 20:00 hrs. Domingos, 19:00 hrs.

-Teatro de la AAA

-Elenco: Abel Enríquez, Gustavo Seclen, Laura Mata,

Telmo Arévalo