¿EL AMOR TIENE LOS DÍAS CONTADOS?

Escribe: Hane Sormani

Si tu chica quiere ver contigo “Titanic” por lo menos una vez a la semana, si tu chico te pide que cada vez que llegues a casa lo llames, si les encanta mandarse mensajitos por las mañanas, o si anhelas meterle cabe a cada pareja que camina cogida de la mano y se regala rosas, «Febrero 13» es la obra que tienes que ir a ver.

La premisa es sencilla: un grupo de colegiales, completamente decepcionados del amor, forma un grupo subversivo anti-romanticismo. Su meta es clara: atentar contra la inmensa estatua de Víctor Delfín en “El parque del amor” el 13 de febrero para así sabotear el meloso día de los enamorados. Pero entre tangos rusos, compra de armas de largo alcance, libros de poesía y una chica bastante fresa, los camaradas tendrán que enfrentarse a los aprietos del amor. Solo hacia el final se develará si su misión es o no cumplida.

Esteban Philipps, uno de los diez antologados en el libro de nueva dramaturgia peruana “Sala de parto”, escribió la obra como parte de un proyecto universitario hace cerca de cinco años. “Pasaba por un proceso duro, había terminado una especie de relación. Estaba pasando por “El parque del amor” y me dije ‘esa vaina es horrible’. Estaba en una etapa en la que renegaba un poco del amor. Quería destruirlo.”, recuerda a la vez que se carcajea ante esta imposibilidad.

Es así como el texto, que en sus primeras versiones sí destruye en inimaginables formas el mencionado espacio, sirve como plataforma para cuestionar cómo se expone el ser humano al enamoramiento, la decepción y el miedo que implica el tema. Y es que a Esteban, como a uno de los protagonistas de su historia, el amor (sentimiento impaciente, inestable, con el fulgor de una vorágine) le juega un chascarrillo en el camino: se vuelve a enamorar. La historia cambia. Encuentra otro final. Pero, ¿es que quién puede escaparse del amor?

Como seguramente ya intuyó, la clave de esta puesta es la comedia. Maricarmen Gutiérrez, directora del proyecto, siente que “siempre el tema de las relaciones se habla desde el drama. Me pareció interesante que ahora se haga desde la comedia pero que es, a la vez, un drama para estos personajes que son muy jóvenes”. Y asegura que «Febrero 13» no busca una declaración de la ley de amor, “cada uno es feliz como quiera y vive su romanticismo como le provoque, proponemos que cada quien busque su propia fórmula”.

En el proceso de construcción, la obra fue también cambiando y adaptándose a la búsqueda de los actores. “Es una ventaja de trabajar con tu propio texto”, explica Esteban. “Así que por estos efectos dramatúrgicos quise que Adolfo pierda su batalla pero que gane con este descubrimiento, que el amor es más fuerte que él. Que es más fuerte que todos nosotros aunque uno se vuelva un poco patético en estas situaciones.” Y eso lo sabemos todos. A reírse de uno mismo.