REÍR, ESA OLVIDADA COSTUMBRE

Para esta nueva versión de “Sírvase un payaso”, Renato Pantigoso se unió a la dupla creada por Germán Ramírez y Miki Vargas para trabajar un espectáculo basado en los tres tipos de payaso clásico. El resultado es una obra que regresa a la simplicidad de la comedia, sin grandes complejidades temáticas, sin vulgaridades ni exageraciones. Una obra para que los adultos rían cándidamente.

REÍR, ESA OLVIDADA COSTUMBRE

Escribe Hane Sormani

Manchi, el payaso Augusto, cargado por su escudero Miki.

La cartelera teatral limeña está henchida de muy buenas obras aunque principalmente de dramas. Nadie cuestiona que el escenario es el espacio perfecto para alzar la voz frente a lo que sucede a nuestro alrededor o, como diría el maestro inglés Peter Brook, “el teatro es un vínculo con el mundo exterior, las situaciones que pasan en el mundo son vistas a través del teatro, el teatro nos trae la vida real a escena a través de los actores que nos muestran el mundo”. ¿Y la risa?, ¿está prohibido reír en el teatro? En absoluto, aunque parece que hubiese cierta censura frente a un adulto que escoge una obra para relajarse, pasarla bien y reírse a boca grande, sin complejos.

Y eso es lo que busca “Sírvase un payaso 2”, un espectáculo sencillo, sin mayores pretensiones escénicas, que ha sabido recuperar la simplicidad de la comedia a través de la reelaboración de los tres tipos de payaso clásico: el Carablanca, el Augusto y el Contraaugusto.

Como nos explica Germán Ramírez –más conocido como Manchi-, “la premisa es una: van a vender el teatro y hay que evitar que eso suceda a como dé lugar”. ¿Quién lo vende? El inescrupuloso señor Patín –interpretado por Renato Pantigoso– pondrá el edificio a subastarse debido a las deudas que el espacio posee. Si bien será el público el primero en ofertar, Manchi y Miki logran conciliar un acuerdo con el empresario, quien les otorga setenta minutos (lo que dura el espectáculo) para conseguir el dinero y salvar la sala.

“Nuestro proceso de creación fue sencillo y rápido –explica Miki–. También influyó que se nos presentaron algunos asuntos que nos obligaron a ser más prácticos de lo que normalmente somos. Es interesante ver cómo esos problemas nos llevaron a encontrar esa simplicidad en la comedia que tanto gusta a la gente que viene a vernos. Así que lo primer que hicimos fue encontrar el hilo conductor. El segundo paso fue pensar qué harían los payasos para conseguir el dinero. Fuimos jugando con eso y creando diversos números. Cada sketch nos tomó cerca de una semana de trabajo.”

Así, la divertida dupla (que inevitablemente nos recuerda a Pinky y Cerebro) inventará cuanta situación sea posible para lograr su cometido. Desde vender chocolates, suplantar identidades hasta clases de cocina. Todo es válido, no solo para su conseguir su objetivo sino para hacernos reír. Todo, incluidas las indicaciones antes de empezar la función. Atentos, que aquí sí está permitido tomar fotos. Y una recomendación: tengo sencillo a la mano.

IMPROVISADORES

Germán Ramírez, Renato Pantigoso y Miki Vargas.

Los tres actores manejan la técnica de la improvisación con destreza y tanto Miki como Manchi son formados en Pataclaun, “así que la base del payaso la tenemos bien interiorizada”, señala este último. Y es que “Sírvase un payaso 2” es un juego constante entre ellos y con el público, pieza fundamental pues será invitado varias veces a subir al escenario. Como dice Renato, “las personas que salen son un apoyo que puede funcionar o no. Aunque la mayoría de las veces resulta muy bien, la gente sale muy dispuesta”. Lo que demuestra que faltan más espacios de juego para los adultos, quienes disfrutan con la oportunidad de estar en escena.

El principal valor de la obra radica en su capacidad de generar sorpresa a pesar que sabemos lo que ha de ocurrir. Por ejemplo, en una escena, Miki sale al escenario con un pastel de crema. Obvio, va a parar en la cara de su compañero. Sin embargo, cuando sucede, se hace de manera natural y la carcajada del espectador fluye sincera. Como indica Manchi, “somos muy prácticos. Y el humor, mientras más simple sea, es más efectivo. No nos metemos en drama ni subestimamos la comedia”.

El trío, como decíamos líneas arriba, ha replanteado la dinámica del payaso clásico. El de Renato, es serio, y recuerda al anfitrión de circo, quien lleva las riendas de lo que ahí acontece. “Funjo la labor del Carablanca –explica– que es el más reservado y formal. Mientras que Manchi y Miki son el Augusto y el Contraaugusto. El primero es al que se le ocurren las buenas ideas, las travesuras. El otro es como su escudero, es torpe, no entiende.” Agrega Miki que “quisimos regresar a lo clásico a pesar que a Manchi y a mí nos gusta jugar al borde del bufón, llevar el clown al extremo, nos gusta llegar a ese límite.”

Lo más simpático de la obra no queda en saber si se el teatro se salva o no sino la crítica que hacia el final se le hace al público. Como señala Renato, “me gusta mi personaje porque al final se encara a los asistentes, les dice que si no hay cultura no es solo por culpa del actor sino también por ellos que tienen la labor importante de asistir, de apoyar, de difundir lo que hacemos los artistas”.

Recordemos que “Sírvase un payaso” tuvo un exitoso recorrido por diversos festivales en Latinoamérica y Europa. De hecho, acaban de regresar de Bélgica. Sin embargo, con algo de pena, Manchi recuerda que la primera función que hicieron en Chile tuvo más público que todas las temporadas juntas que hicieron en Perú. ¿Y si agendamos más visitas al teatro?

FICHA TÉCNICA
Dirección y dramaturgia Creación colectiva
Elenco Germán Ramírez, Miki Vargas, Renato Pantigoso, Armando Abanto (músico)
Producción Pilar Cornejo, La Nave Producciones
Temporada De jueves a domingo hasta el 26 de marzo, 2017
Hora A las 20:00
Lugar Centro Cultural Ricardo Palma: Av. Larco 770, Miraflores