“ASTRONAUTAS” O CÓMO FUNCIONA LA FICCIÓN CIENTÍFICA EN UNA OBRA TEATRAL PERUANA
Escribe Erick Weis (*)
Siempre ha sido difícil ejecutar una buena premisa. Esas breves líneas ‘gancho’ que llevan al potencial público a seguir leyendo un artículo o comprar un boleto para una película u obra de teatro. A partir de “Astronautas” (2011/2018), sus autores, Jorge Castro, Mateo Chiarella, Héctor Gálvez, Gino Luque y Gerardo Ruiz Miñán, plantean una que tiene todo lo necesario para llamar la atención de cualquier potencial espectador limeño: “en 1968, luego de proclamarse presidente del Perú mediante un golpe de Estado, el general Velasco Alvarado decide realizar la más grande proeza nacional: mandar a tres astronautas peruanos al espacio para que sean los primeros en pisar suelo lunar”.
Esta afirmación está basada principalmente en dos elementos utilizados para exponer la historia. El primero es el aspecto temporal: 1968 o la época del Gobierno Revolucionario de la Fuerzas Armadas debe ser uno de los periodos menos utilizados en la dramaturgia limeña. En complemento, el segundo es el uso, también poco desarrollado en la región, de un subgénero propio de la ficción científica (1) llamado historia contrafactual (‘¿qué habría pasado si…?’).
Sin embargo, una vez espectada la obra completa, puede detectarse un elemento adicional que redondea la propuesta y que sí está presente en el corpus de la dramaturgia peruana reciente: el contraste de personajes a partir de diferencias sociales, culturales y/o económicas. ¿Cuál ha sido el resultado de la combinación de estos elementos en el planteamiento final de la obra?
Para responder esta pregunta nos centraremos en el análisis de dos de los tres tópicos mencionados: el uso de la ficción científica y el contraste entre personajes, para así comprender cuál ha sido el rol de estas aristas en la estructura final del montaje.
I. LA FICCIÓN CIENTÍFICA
Plantearemos rápidamente dos definiciones de ficción científica que nos permitirán avanzar en el análisis de este aspecto de la obra. En primer lugar, de manera breve, Fernando Moreno, en su libro “Teoría de la literatura de ciencia ficción”, afirma: “La ciencia ficción es un tipo de ficción no realista que no está basada en fenómenos sobrenaturales”. Este primer acercamiento realiza una separación entre otro tipo de narrativas cuyo contenido puede tener una relación con la fantasía o al uso, hasta ahora muy presente en la región, de elementos del realismo mágico.
Adicionalmente, el mencionado rasgo ‘no realista’ debe ser puesto en el contexto específico en el que se desarrolla la obra. La película “Apolo 13” (1995), por ejemplo, aborda el viaje espacial, pero es una adaptación libre de un suceso verídico acaecido en 1970. “Astronautas”, en cambio, plantea el mismo tema, pero con plena conciencia de que el relato no hace referencia a ningún hecho histórico ocurrido en el mundo real, sino a una posibilidad que puede presentarse en un mundo paralelo ficcional.
En complemento, una segunda definición más detallada es planteada por Eduardo Gallego y Guillem Sánchez en su artículo “¿Qué es la ciencia ficción?”: “La ciencia ficción es un género de narraciones imaginarias que no pueden darse en el mundo que conocemos, debido a una transformación del escenario narrativo, basado en una alteración de coordenadas científicas, espaciales, temporales, sociales o descriptivas, pero de tal modo que lo relatado es aceptable como especulación racional”.
En la propuesta peruana, el tipo de posibles alteraciones son lo suficientemente sutiles como para cumplir con estas características. Desde el primer momento, a nivel descriptivo, se plantea el carácter secreto de esta misión y una posible investigación documental llevada a cabo para escribir la obra. Otros reajustes se relacionan a temas políticos/ideológicos (la prioridad de llevar al hombre peruano a la luna por parte del Gobierno Revolucionario) o económicos (derivar parte del presupuesto estatal para intentarlo). Sin embargo, una dosis de realismo, mucho más cercana a la situación de la sociedad peruana en la que se basa el relato, le agrega lo necesario para no perder “lo aceptable como especulación racional”. Por ejemplo, sí existe un presupuesto para el programa espacial, pero no para realizar una serie de pruebas como se debería, sino para un único viaje que necesita ser obligatoriamente exitoso.
A lo largo de la trama, los autores hacen uso de explicaciones científicas básicas relacionadas al viaje espacial (distancias, tiempos, velocidades, gravedad, etc.) sin dejar de lado cualquier oportunidad para el humor, como la imposibilidad del fallo de los trajes por haber sido fabricados con algodón 100% peruano o el abanico de títulos utilizados para las partes del proyecto (“Tumi II”, “los chanchos vuelan”, “chachicar”). La suma de todas estas breves menciones teóricas forma una base sólida para el desarrollo de la ficción. No obstante, no es el único modo con el que los autores crean un estándar de verosimilitud.
Las diecisiete escenas que conforman la obra se desarrollan en múltiples lugares: para realizar el cambio de los pocos elementos que se utilizan entre una y otra, se recurre a breves transiciones a oscuras realizadas por los actores o el equipo de producción. En “Astronautas”, se opta por complementar algunos de estos pequeños ‘tiempos muertos’ con videos de corta duración. ¿Cuál es la utilidad específica de estos?
En el proceso creativo de un producto literario/teatral con elementos propios de la ficción científica, los creador tienen la responsabilidad de utilizar todos los medios que estén a su alcance para lograr un grado lo suficientemente alto de la ya mencionada verosimilitud como para que el potencial lector/espectador no cuestione en ningún momento la propuesta y no haya riesgo de romper el tácito pacto ficcional. La utilidad de estos videos complementarios se perfila como una columna adicional cuya función es la de reforzar el pacto referido. En “Astronautas”, el modo en el que estos elementos audiovisuales son utilizados responde a una estrategia bastante consistente.
Los videos pueden clasificarse en dos temáticas específicas: los históricos o públicos y los secretos o clasificados. Así, mientras que antes de comenzar la obra puede verse un video sobre el golpe de estado realizado por Velasco (histórico), en la transición entre la primera y la segunda escena aparece un testimonio de la esposa de un capitán FAP desaparecido imprevistamente en 1968 (secreto). Más adelante, se repite este ejercicio cuando, en el intermedio de las escenas cuatro y cinco, se proyecta un video que contiene imágenes de archivo de Perú en 1968, donde, durante sus discursos, Velasco es aclamado por el pueblo (histórico) y, posteriormente, entre las escenas diez y once, puede verse el testimonio de un ‘astronauta suplente’, donde habla de un extraño entrenamiento en Puno, haber sido nombrado Ayar Auca y, luego de un tiempo, haber sido mandado de regreso a casa sin explicación alguna (secreto).
De este modo, esta exposición intercalada de videos le propone al espectador ‘fuentes documentales’ que son colocadas indistintamente al mismo nivel de realismo y que refuerzan la tesis de que existe una posibilidad de que estos hechos hayan pasado y, ahora, cincuenta años más tarde, recién podamos enterarnos sobre el respecto. El uso de esta amalgama de herramientas expuesta es la clave para comprender el funcionamiento de un sistema de ficción científica básica como es el caso de “Astronautas”. Solucionado, por lo tanto, el potencial problema de verosimilitud, es viable abordar el siguiente elemento pendiente: los personajes.
II. LOS PERSONAJES
John Truby, en “Anatomía del guion”, propone tres características para la creación de un personaje: una debilidad, una necesidad y un deseo. En este análisis, más que considerarlas elementos obligatorios, las tomaremos como herramientas que nos ayudarán a evidenciar la estructura, la jerarquía y las relaciones de los personajes en la obra peruana.
En primer lugar, se debe aclarar que en esta obra no estamos ante tres sino ante cinco actantes. Los tres primeros son los protagonistas que vemos en escena: Ayar Manco, Ayar Uchu y Ayar Cachi. El cuarto es la voz en off, cuya identidad nunca es revelada, pero puede asumirse como un agente del gobierno cercano al presidente o un militar de alto rango encargado del programa espacial, su función en la obra es la de ser básicamente un ente mediador (un guiño a la voz del jefe Charlie de la serie “Los ángeles de Charlie”). Finalmente, el quinto es el propio presidente Juan Velasco Alvarado. Y es justamente con él con quien debemos partir.
Las intervenciones del general Velasco, cuya presencia en el escenario se manifiesta a través de una voz marcial, son sumamente breves. A pesar de esto, estas poseen el contenido suficiente para hallar estos tres elementos propuestos por Truby:
- Debilidad: es un militar autoritario que acaba de tomar de manera ilegítima el gobierno de un país, pero este es uno “sin autoestima”, “disminuido”, “que mira el mundo desde abajo” (Castro, Chiarella, Gálvez, Luque, Ruiz, Folk 2018).
- Necesidad: necesita sacar de esta especie de ‘abismo moral’ a la nación que gobierna.
- Deseo: para superar su necesidad, Velasco desea ser el primer mandatario en lograr llevar al hombre (peruano) a la luna para lograr “la materialización de un acontecimiento que transformará el pensamiento colectivo de nuestra nación y el curso de la historia moderna”.
Sin embargo, “Astronautas” no es la historia de cómo Juan Velasco Alvarado pugna para superar sus necesidades y cumplir el deseo trazado, sino la de la lucha de tres hombres por cumplir un objetivo ajeno. Así, el deseo con mayor valor en la obra, por estar justamente contextualizado en un escenario jerárquico militar, no solo a nivel institucional sino también a nivel gubernamental/político, es el de este quinto personaje, quien aparece prácticamente como una deidad que no puede ser cuestionada en ningún momento. Este hecho tiene repercusiones inmediatas para los demás personajes.
En la primera escena de la obra, es a partir de este ‘gran deseo’ que se les plantea a los protagonistas el proyecto y se les da un tiempo (de tan solo medio minuto) para decidir al respecto. No solo hay, por lo tanto, una consulta sobre su predisposición para emprender el viaje sino también para satisfacer el deseo de este gran otro dominante. Prácticamente no hay duda por parte de Ayar Manco, es el primero en dar un paso al frente. Ayar Uchu se toma algunos segundos adicionales, pero no tarda en hacer lo mismo que su compañero.
El contraste lo crea Ayar Cachi, quien decide abandonar la sala luego de pensarlo, pero es muy tarde: los treinta segundos de plazo se han cumplido y la puerta se cierra. Cabe resaltar aquí que, si bien este fragmento es una especie de latiguillo cómico, no deja de ser una decisión de personaje que es evitada, no solo a causa del cumplimiento del tiempo dado sino también del ambiente jerárquico-dictatorial.
A partir de lo expuesto, podemos afirmar que los tres Ayar deben compartir el mismo deseo impuesto desde el inicio de la obra. Es decir, los respectivos deseos individuales de cada personaje se ven suspendidos por esta misión que aparece de improviso no solo por tener carácter secreto sino por ser también una urgencia temporal, planteada implícitamente como una carrera contra el reloj: los astronautas peruanos tenían menos de un año para lograr el cometido encargado (2).
No obstante, para lograr este deseo común, cada uno debe superar su respectiva debilidad. La de Ayar Cachi se relaciona directamente con su perfil relativamente infantil en comparación con sus dos compañeros: le tiene miedo a la oscuridad. Y esto no sería un problema si, en cierto punto, esta no apareciera para bloquear su capacidad cognitiva en momentos clave del proyecto. En este caso, se puede hacer referencia a una de las escenas finales de la obra en la que los tripulantes son cubiertos por la sombra de la luna y Ayar Cachi pierde la capacidad de enunciar las coordenadas requeridas por Ayar Manco.
Sin embargo, sus compañeros, que ya han experimentado en escenas anteriores este tipo de situaciones, le dan el soporte necesario para salga de esta breve crisis y finalmente pueda cumplir con su función antes del aterrizaje. Pero cabe resaltar que no hay mayor exploración sobre este miedo.
En el caso de Ayar Uchu, puede afirmarse que su debilidad ha sido elaborada con mayor dedicación. Uchu le tiene miedo a los terremotos. Y esta fobia tiene su explicación en una de las escenas finales, la de la borrachera. Uchu, con tragos de más, cuenta la historia de cómo, de niño, un terremoto hizo que su pueblo sea destruido, pero que, gracias a la forma en la que cayeron las tablas de su casa, logró sobrevivir. Sin embargo, la lucha contra este temor no es relevante para alcanzar el ajeno objetivo trazado, no crea ningún obstáculo real para la tripulación durante la ejecución final. El dato, al parecer, queda en el aire como una cuestión anecdótica.
En tercer lugar, el caso de Ayar Manco podría considerarse el más consistente. En una primera instancia, no parece poseer una debilidad asociada al temor como sus compañeros. Sin embargo, una serie de acciones permiten dilucidar que esta es, justamente, no querer demostrar debilidad alguna. Desde haber sido el primero en dar el paso al frente ante la propuesta del proyecto, Manco asume su papel de líder transmitiendo una combinación de fortaleza física y psicológica. No obstante, en el teatro, no existe el personaje perfecto. Mientras avanza la historia, podemos detectar que ciertos comportamientos están asociados a crear una apariencia y no a un sentimiento real de fortaleza por parte del personaje.
Así, cuando se les anuncia que tendrán que partir de inmediato a Puno, el capitán de la tripulación no hace reclamo alguno en contraste a Uchu quien insiste en poder ir a su casa a despedirse. Sin embargo, gracias al video de la mujer de un capitán FAP desaparecido y a la posterior confirmación del mismo Ayar Manco, podemos saber que sí había alguien esperando por él. De igual modo, una vez llegados a Puno para el entrenamiento, el único que sufre las consecuencias del soroche es Manco por no haber aceptado una bebida especial que Uchu y Cachi tomaron antes de llegar a la zona.
Finalmente, la constante serenidad que muestra el capitán a lo largo de la obra no puede ser controlada cuando se le anuncia que será Uchu y no él quien pise la luna por primera vez. ¿Es que, acaso, todo este sacrifico y aparente estabilidad no merecía ser premiado con algo así? La atmósfera militar no le permite hacer mayor reclamo a sus superiores y será a Uchu a quién enfrentará esporádicamente y con indirectas hasta poco antes de partir de este planeta.
CONCLUSIÓN
Ya sea en el cine o el teatro, existe una buena cantidad de casos en los que la ficción científica es creada con ímpetu en el aspecto del planteamiento del mundo ficcional y verosimilitud, pero vienen con el lamentable costo de personajes poco desarrollados. Sin embargo, siempre hay gusto cuando se equilibran ambos aspectos en productos audiovisuales de este género.
Como se ha podido verificar, “Astronautas” es una obra caracterizada por la originalidad de su premisa al abordar temas aún poco explorados en la dramaturgia limeña reciente. Si bien el diseño de sus personajes posee ciertas inconsistencias, la mayor fortaleza de esta propuesta reside en la bien cimentada base de ficción científica y humor, creando un sólido efecto de verosimilitud en el espectador.
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(*) Una versión con leves modificaciones ha sido publicada en la revista “Diálogos, apuntes teatrales” Nro. 2. Lima: Fondo Editorial Ensad, 2019.
(1) Para el presente texto hemos optado por elegir este término por encima del de “ciencia ficción” por ser una traducción más fiel al término original, “science fiction”. Sin embargo, respetaremos la terminología de los autores que serán referidos más adelante para hablar de este tema.
(2) Siguiendo el planteamiento de la obra, que intenta ser los más históricamente exacta, nos referimos al tiempo que hay entre la toma de poder de Velasco el 03 de octubre de 1968 y el alunizaje de Armstrong y Aldrin el 20 de julio de 1969.
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BIBLIOGRAFÍA
- Castro, Jorge; Chiarella, Mateo; Gálvez, Héctor; Luque, Gino y Ruiz, Gerardo. (2018). Astronautas. Lima: Inédito.
- Folk. Revista. Versión para el teatro de la Universidad del Pacífico. Mayo, 2018. Lima: Mundo Cultura S.A.C.
- Gallego, Eduardo y Sánchez, Guillem. (2003). “¿Qué es la ciencia ficción?”. Recuperado de: https://www.ciencia-ficcion.com/opinion/op00842.htm
- Moreno, Fernando. (2010). Teoría de la literatura de ciencia ficción: Poética y retórica de lo prospectivo. Premio Ignotus y Premio Scifiworld. Vitoria: Portal Editions.
- Pelegrín Campo, Julián. (2010). “La historia alternativa como herramienta didáctica: una revisión historiográfica”. Recuperado de: http://clio.rediris.es/n36/articulos/pelegrin.pdf
- Truby, John. (2009). Anatomía del guion. Versión digital para Kindle. Alba Editorial.
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Muy interesante.
Me hubiese gustado que incida en la vertiente sociológica (la constatacion de los rasgos raciales que nos separan, durante la borrachera) y el trasfondo político de la obra: la aspiración al «orgullo de ser peruano»
Gracias por leernos, Jorge.
Y sí, quedan muchas aristas sobre las cuales ahondar, pero sentimos que el texto es, de todas formas, un amplio acercamiento al texto. Afortunadamente el comentario que dejas ayudará al lector a reflexionar sobre esos aspectos.
(:
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